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By Tom Perreault.*

A pesar de su historia colonial, no debemos desechar la ecología política, sino utilizarla para superar sus propias contradicciones. 

Logo del Primer Congreso Latinoamericáno de Ecología Política. Fuente: http://congresoecologiapolitica.uchilefau.cl

Logo del Primer Congreso Latinoamericáno de Ecología Política. Fuente: http://congresoecologiapolitica.uchilefau.cl

Este ensayo es una adaptación de una ponencia magistral presentada en el Congreso Latinoamericano de Ecología Política, que tomó lugar en Santiago de Chile en octubre de 2014. Es una reflexión y autocrítica sobre la ecología política como campo académico. Aquí examino la historia intelectual de la ecología política en el contexto de las tradiciones académicas coloniales del norte global.

La presencia e influencia de los y las intelectuales del norte en los países del sur forman parte de los proyectos coloniales imperialistas de los países ricos del norte. Esta es una realidad que no podemos evitar, aún los intelectuales de la izquierda. Considero la ecología política como “aporía” es decir, una paradoja cuya lógica es insuperable.

A pesar de su historia colonial, argumento que no debemos desechar la ecología política, sino utilizarla para superar sus propias contradicciones. Necesitamos una ecología política anticolonial y transhemisférica, y tenemos que realizar la dura labor de traducción, tanto lingüística como cultural. No debemos romper lazos entre el norte y el sur, sino formar lazos nuevos y distintos, basados en el concepto gramsciano de praxis: la práctica informada por la teoría y la crítica.

*Tom Perreault es profesor de Geografía en la Universidad de Syracuse, Nueva York. Es editor del Routledge Handbook of Political Ecology. El texto completo de este ensayo es de libre acceso en la revista Estudios Atacameños. Una anterior versión fue publicada en entitleblog.org en noviembre de 2014.   

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